Olimpia volvió a vivir una noche gloriosa frente a su inmensa afición, tras imponerse 3-1 a Portland Timbers de Estados Unidos y clasificarse a cuartos de final de la Liga de Campeones de Concacaf, el torneo de clubes más importante del área.
Los dirigidos por Héctor Vargas dieron una gran actuación de fútbol: efectivos en ataque, solidarios en la marca y disciplinados en el aspecto técnico táctico, para quedarse con un luchado triunfo que los devuelve al ruedo de los mejores equipos de Concacaf.
El partido tuvo un inicio ideal, soñado para todos los olimpistas ya que los Merengues ganaban 2-0 apenas a los cuatro minutos de juego. Antes de salir a la cancha los Blancos sabían que necesitaban vencer por varios tantos de diferencia y salieron a buscarlo desde el pitazo inicial.
Una genial media tijereta del delantero Romell Quioto allanó el camino a la clasificación. Quioto luchó el balón en la línea del área grande y bombeó el esférico sobre un guardameta adelantado. Fue el 1-0 a los 2’ y la locura en el Estadio Nacional que lució repletó.
No entendía lo que pasaba el rival norteamericano cuando llegó el segundo tanto olimpista obra de un enchufado Anthony Lozano. El número nueve de los Merengues llegó puntual a cerrar un centro a zona de gol para establecer el 2-0 al 4’.
Pero iniciando la segunda parte Portland silenció el coloso capitalino al conquistar el tanto del descuento: Zemanski sacó un potente remate de larga distancia que se desvió en Fabio de Souza para descolocar al portero Donis Escober y marcar el 2-1 a los 51’.
Pero el “León” reclamó su autoridad con mucha personalidad y rápidamente se recuperó, gracias a un oportuno gol de Lozano al minuto 54, para establecer el definitivo 3-1. Fue entonces cuando empezó el partido de la afición.
Desde la gradería descendió un poderoso apoyo para el equipo Blanco que se agigantó en defensa y siempre llevó peligro con rápidos contragolpes. Cerca del final Vargas atinadamente metió piernas frescas en las tres líneas del campo para fortalecer al equipo.
Ni los cuatro minutos de descuento hicieron flaquear el espíritu olimpista y al final llegó el pitazo final, con el cual el balompié hondureño le pone punto y final a una racha negativa de malos resultados en la Concachampions y una vez más cuenta con un digno representante en cuartos de final.
Fuente y foto: latribuna.hn