Si ante Honduras el empate 2-2 era para considerarlo una victoria, en la segunda presentación de la Sub-20 de El Salvador en Montego Bay, equivale a una derrota. El 1-1 contra Haití, de la forma que llegó, a dos minutos del final y cuando el partido parecía controlado, conlleva cierta dosis de frustración. Primero porque se escapan dos puntos clave en la lucha por quedar entre los primeros tres, y segundo porque las posibilidades de clasificar se reducen considerablemente.
El equipo del Tuco Alfaro hizo todo para ganar el partido, sólo le faltó gestionar mejor los últimos minutos, donde en una jugada aislada -la única del segundo tiempo- llegó un penal que posibilitó que los haitianos se llevaran un empate por el que habían hecho muy poco. Tras el gol de penal de Desire, todo el equipo se volcó al ataque en forma desesperada pero no hubo caso, el 1-1 fue inamovible.
El Salvador hizo todo en el partido, lo bueno y lo malo. Porque tuvo fútbol, sobre todo luego de los primeros 20 minutos, donde el equipo volvió a entrar dormido y casi recibe un gol por una pelota que mide mal el portero Carlos Cañas y por poco no termina en autogol. Pero una vez que se afirmó, fue el dueño del mediocampo y generó varias ocasiones de gol, entre ellas la combinación entre Tamacas y Guardado que acaba con el centro para el gol de José Villavicencio.
Hubo más que no se concretaron. Haití llegaba poco, aunque tuvo una clara al 36’ cuando Peterson Joseph quedó solo frente al portero, definió con algo de displicencia y la pelota besó el palo y salió. Después de eso, los caribeños ya no volverían a generar peligro durante el resto del partido… Claro, hasta el fatídico minuto 88.
La segunda etapa fue un monólogo de El Salvador, al menos en cuanto a la generación del juego y las situaciones ocasionadas. La tuvo varias veces Villavicencio, la más clara al 57’, cuando remata afuera un mano a mano con el portero. La sensación de control total del partido tenía un solo pero… el 1-0, el marcador, un resultado demasiado apretado que siempre implica un riesgo por no haberlo cerrado. En eso estaba el equipo del Tuco Alfaro, incapaz de hacer el segundo pero con cierto confort por la poca exigencia que en contraposición ofrecía Haití.
Era cuestión de que pasaran los minutos lejos del área, pero siempre hay un pero… Y ese pero fue un envío aéreo desde la derecha sin peligro aparente, pero la pelota da en la mano de Romilio Hernández, el árbitro sanciona penal y el haitiano Desire no perdona: 1-1. Empate que duele y que complica. Un partido más que ganable -pobrísimo juego de Haití- que escapa de las manos y con ello, una parte de la clasificación. Nada está perdido aún, pero el margen de error ya es menor. Ahora hace falta ganar, y vienen Canadá y México. No suena fácil.
Fuente y foto: edhdeportes.com