Un primer examen real, con una selección de su mismo nivel, es el que tuvo la Sub-17 de El Salvador, en el estadio Juan Francisco Barraza de San Miguel, ante Nicaragua. Los salvadoreños lograron un empate (1-1), presentando un mejor segundo tiempo y demostrando que aún tienen mucho por trabajar.
Tal y como lo dijo el técnico Rafael Tobar, el resultado “dejó satisfacción, pero aún falta que el grupo tenga más ritmo y siga trabajando, sobre todo que afine la parte técnica y la puntería, porque El Salvador tuvo mucho la pelota”, pero no concretó.
Los juveniles tuvieron que esperar hasta los últimos minutos para encontrar el gol por medio de Marvin Márquez, quien recibió una prolongación y la definió, desde la izquierda, con un derechazo a la red que supo a tranquilidad (1-1).
Nicaragua sorprendió a los locales a los cuatro minutos, con Kerry Hernández, que tras un trazo largo se metió por derecha y, ante el intento de atajar del guardameta cuscatleco Pedro Benítez, marcó a ras de piso el 0-1.
El partido dejó dos tiempos para cada selección. Los salvadoreños no tuvieron buena definición y perdían balones en el medio terreno, se mostraron inseguros en defensa, y su desconcentración era bien aprovechada por los pinoleros.
Los trazos largos de los salvadoreños a Carlos Herrera o a Hever Gómez, por lo general, terminaban desviados o con mejor anticipación de los zagueros de Nicaragua. Las variantes mejoraron el ataque nacional, sobre todo con el ingreso (42’) de Márquez, quien armó, creó y dio mejor salida al equipo, logrando a la postre el gol.
Así, el complemento se dibujó con mejor dominio de la Azulita, que dejó a un lado el nerviosismo, soltó la presión y tuvo más posesión de balón, errando no obstante el último pase. Hubo más orden y comunicación de los chicos, la idea de ofensiva permitió que los chochos se encerraran y frenaron, atrás, las llegadas de los delanteros Hernández y Anderson Treminio, que llegó de cambio temprano en el juego (27’).
Las pausas las pusieron las faltas y las atenciones a los selecciones de ambos equipos, además las innumerables variantes fueron dándose a lo largo del partido, generando distintas expectativas en cada uno de los técnicos, quienes al final valorarán su labor en el campo.
A la postre, El Salvador contó con jugadas de peligro sobre el arco nicaragüense, cabezazos y disparos a puerta que terminaron desviados. La “revancha” la tendrán al devolverle la visita a los chochos, el próximo mes de octubre.
Fuente y foto: edhdeportes.com