El Salvador está clasificado a cuartos de final. Tras lograr su segundo triunfo del Premundial ante Puerto Rico (7-0), equipo al que le impidió convertir y ante el que, de alguna u otra forma, se divirtió. Este lunes cerrará contra Jamaica, el rival más duro y parejo, choque en el que definirán posiciones.
Los salvadoreños, sin embargo, apuntan a que terminar en el primer lugar de su grupo (“A”). Además, mantener su invicto de esta fase, y sin importar el rival de la siguiente ronda jugarán por cerrar con triunfo y sobre Jamaica en la clasificación.
El grito de la afición arrancó con un tiro libre de Agustín Ruiz, el cual se fue directo hasta las tribunas. Se escuchaba ya la petición del “gol”, y el cual rápido hizo efectivo el portero Herbert Ramos. El guardameta nacional puso el primero, tras un saque de puerta, el cual comenzó a poner la alegría local.
Era un primer periodo de mucha propuesta salvadoreña, por todos los flancos. Las intervenciones de Abraham Henríquez, con un remate por izquierda, una chilena de Elmer Robles, y un cruzado de “Tín” alentaban a El Salvador.
No había prisa, pero todos los jugadores estaban tratando de marcar. Conectaron siempre con buena intención, ante un par de intentos de acierto con que los puertoirriqueños buscaban poner peligro. Su transición era corta, pero ganaban en la anticipación Elías Ramírez a Carlos Astondoa, al que más buscaban sus compañeros desde su propio medio campo.
Puerto Rico intentó defenderse, pero los salvadoreños los tenían ahogados en su propio espacio. Pasados los seis minutos, probaron con sus remates el capitán Ruiz y Heber Ramos, quien ya había ingresado a la arena. Ambos sacaron la reacción a tiempo del portero Esteban Torres.
Pero sería la llegada de Frank Velásquez, quien de nuevo salió en el banco, el que colocara el segundo. El 11 nacional aprovechó un disparo de Robles, que pegó en un boricua y fue desviado, para llegar a los pies de Frank, éste acomodó y de zurda definió.
Era de nuevo una clara superioridad salvadoreña, al igual que contra Belice. Los dirigidos por Rudis Gallo mantenían un juego de conjunto impecable, perfecto entendimiento y astucia para saber leer el juego de los caribeños, a quienes lograron mantener al margen, enfocados únicamente en defenderse.
Sobre el cierre de la primera parte, Frank seguía siendo el genio en la arena. Se movía, tocaba, probaba, arriesgaba. Su potencial volvió a dar fruto, y anotó su doblete (3-0). Un remate de media distancia, al cual intentó llegar el portero Torres, pegó en el poste derecho del guardameta, esto logró que el balón se metiera en diagonal y su felicidad por el país fue evidente.
Apretado, pero solvente
Parecía que el entusiasmo iba a seguir. Los boricuas intentaban poner resistencia, pero en las marcas uno a uno perdían concentración. Los jugadores buscaron poner su descuento, con remates largos a la cabaña de Ramos, pero el nacional siempre estuvo atento a la exigencia rival.
Si bien el dominio era azul, los visitantes erraban en comunicación. Un centro largo que recibió Abraham Henríquez terminó en el 4-0, después de que el criollo rematara entre portero y defensa un derechazo que besó las redes.
La idea defensiva de Puerto Rico, sin embargo, cambió en esta fase, ya que se olvidaron de ir al ataque y se resguardaron atrás, para impedir que los salvadoreños ampliaran la cuota. Durante los primeros seis minutos, todo marchó bien. Pero el acoso nacional tuvo que imponerse y cedieron.
Una prolongación desde su terreno de Heber Ramos lo encontró Frank, quien marcó con potencia a puerta y sentenció el quinto. Tanto Frank como “Tín” se mantenían sin dar respiro a Puerto Rico, y mientras ellos se oxigenaban, seguían con el espectáculo Elmer y Abraham.
Los caribeños, por parte, se encontraron ante un franco cerrojo atrás. Su propuesta para anotar caía en la fuerza física que imponían Douglas Zavala y Tomás Hernández, no había manera de quebrar a Ramos.
Marchados y vueltos al tercer periodo, era indudable que los salvadoreños no iban a volver en busca de marcar más. Además, Gallo permitió que el portero Herbert descansara y le dio paso para que jugara, 12 minutos, Eliodoro Portillo.
El desgaste físico de los puertorriqueños comenzó a ser evidente, ante unos nacionales que siguieron presionando, con un disparo de Membreño que terminó en el travesaño y puso la emoción nacional.
Otro que el seleccionado nacional lamentó fue un disparo que concretaba Rubén Batres, cerca de los seis del último periodo, y que uno de los árbitros dio por nulo. No hubo discusión de los cuscatlecos, quienes trataron de encontrar la media docena, pero Puerto Rico no cedió y terminó asfixiando a los salvadoreños no por su juego, sino en la ansiedad de volver a anotar.
Para El Salvador, a pesar de la intensidad y las ganas con las que cerró el grupo, se le dificultó concretar el sexto, pero lo logró. Henríquez acomodó el balón, lo remató a puerta, y un jugador puertorriqueño intentó despejar, pero fue tardío, ya había cruzado la meta.
Sobre el cierre del partido, el goleador de esta selección cerró la cuenta con un cuarto tanto a su favor (7-0), con una individualidad, en la que se sacó una marca ajustada y de pierna izquierda anotó. Fue la alegría que terminó en abrazo salvadoreño, el equipo está en la otra fase.
Fuente y foto: elsalvador.com