El más sorprendido con la derrota de la Selecta ante Haití fue el técnico hondureño Ramón Maradiaga, quien tras el tercer gol de los caribeños plasmó un poema con rostro. No daba crédito que en apenas siete minutos la Azul y Blanco había encajado tres goles en contra.
Haití acabó con la alegría de un buen resultado tras una pelota al poste horizontal de la meta de Placide cobrado por Nelson Bonilla cuando el partido estaba iniciando. Apenas se corría el minuto nueve, pero la osadía cuscatecla sirvió para que los caribeños se volcaran sobre el arco de Henry Hernández, quien salvó en primera llegada de Maurice, jugándose el físico y aguantando en dos ocasiones un disparo a quemarropa.
Después de esa ocasión, la Selecta mostró su peor rostro desde el 3-1 ante Panamá en noviembre de 2014, duelo amistoso disputado en el Cuscatlán. Pasaron 13 juegos para que el combinado sufriera un ataque de desacierto, y fue justo en el minuto 13 que Haití abrió el marcador por medio de Nazan, quien recibió un pase de Mechack, tras un cobró un tiro libre que sorprendió a todo el plantel y que el delantero selló frente a un Hernández atónito que no sabía si reclamar a sus compañeros en la barrera o tragarse en el silencio el gol.
Al 17', Printemps amplió el marcador después de un tiro libre que se estrelló en el poste derecho de Hernández. La pelota pasó por la espalda del guardameta y llegaron tres jugadores en busca de hundir el balón, Printemps se llevó el premio al encajarla con el pecho.
Tres minutos después, y como si fuera poco, una nueva desatención entre Darwin Cerén y Hernández la aprovechó Maurice y la puso al fondo de las redes. Con ese gol, el Primi mostró el rostro de la sorpresa, la gran mayoría que hinchaban en el BBVA Compass Stadium no daban crédito a la goleada, porque justo un minuto antes del tercero Bonilla había tenido otra ocasión que atajó Placide.
Con el marcador adverso, la Selecta comenzó a llegar. Primero fue Álex Larín, después fue Jaime Alas, hasta que llegó Pablo Punyed y con la ayuda de Arturo Álvarez descontó para la Azul al 37'. El tanto dio un respiro pero no fue suficiente y el primer tiempo se fue entre jugadas fuertes de ambos equipos, y Maradiaga ya tenía un plan para evitar una debacle mayor, mandar a Néstor Renderos y reordenar el medio campo con el volante de FAS.
Renderos arrancó el segundo tiempo en lugar de Richard Menjívar, ajeno a las responsabilidades en los tres goles. Sin embargo, Renderos ayudó a que la Selecta adelantara filas y buscara un segundo gol que no llegó, aunque Bonilla estuvo cerca al 55' con un testarazo a las manos de Placide.
Maradiaga también echó mano de José Peña, quien entró por Punyed al 57', y Andrés Flores por 73', pero no hubo más ocasiones y el partido se fue apagando entre cartulinas amarillas y faltas en el campo defendido por Haití.
La derrota caló hondo, y antes de que el partido terminara, en un intento de refrescar y alentar a los más jóvenes, el Primi hizo entrar a Irvin Herrera y Narciso Orellana por Álvarez y Cerén. El capitán Cerén, y Álvarez, quien buscaba dar una buena imagen al nuevo seleccionador denotaron la cara más fría del desaliento. Habían buscado el resultado.
El primer juego de la era del Primitivo poco tuvo del proceso del catalán Albert Roca y de los dos juegos dirigidos por el Jorge "Zarco" Rodríguez, y los aficionados dieron el criterio de duda al nuevo seleccionador y lejos de responsabilizarlo volvieron a la vieja resignación de repetir: "esto es lo que tenemos".
Por ahora se espera que en Los Ángeles haya revancha ante Guatemala, y seguramente ahí sí se verá la mano de Maradiaga, quien urgentemente debe corregir los desacierto, los que costaron en Dallas, ante un público generoso, la derrota más dolorosa en el último año.
Al final hubo gritos y pitos de un sector de la hinchada, pero no dejaron de haber aplausos, los mismos que llegaron para Maradiaga, porque esta era no termina, apenas inicia y le falta fútbol por demostrar. De la mano del Primi, nada. Veremos el marte contra los chapines.
Fuente y foto: edhdeportes.com