En ausencia de la gran figura nacional, el veloz delantero Deon McCaulay, Belice necesitaba de otro héroe en su cita ante Islas Caimán. El veterano Elroy Kuylen asumió la responsabilidad. “Cuando quieres hacer historia, alguien tiene que salir a la palestra”, declaró el centrocampista de 31 años a FIFA.com sobre ese momento, el debut de Belice en la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™.
“Sí que echamos de menos a Deon”, admitió Kuylen, que jugó dos años en la liga hondureña antes de recalar en el grande de su país, el Belmopan Bandits. “Si conseguimos servirle cinco ocasiones, sabes que meterá al menos dos. Eso es una garantía”.
Sin Deon no hay gol
McCaulay marcó 11 tantos en la competición preliminar de Brasil 2014 para quedar al frente de la tabla global de artilleros, por delante de Luis Suárez (también con 11 dianas, pero con peor promedio), Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. “Esa sangre fría que tiene no se puede enseñar”, afirmó Kuylen, en una clara muestra de respeto por el máximo goleador de todos los tiempos de su país.
Pero Macaulay, jugador del Atlanta Silverbacks de la segunda división profesional de Estados Unidos, no fue convocado para el doble enfrentamiento contra Islas Caimán, primer escollo beliceño en el camino a Rusia
Sin él, los goles se evaporaron. Islas Caimán puso el cerrojo en su visita a Belmopán y arrancó un 0-0 en la ida. Los nervios pudieron a los sustitutos de McCaulay en la delantera. Jarett Davis y Daniel Jiménez fabricaron ocasiones, pero no lograron marcar. “Islas Caimán jugó a defenderse todo el rato”, resaltó Kuylen. “Creamos muchísimas oportunidades, pero sin Deon no pudimos definir”. En la vuelta, en George Town, el equipo necesitaba un gol. “Con eso debía de ser suficiente”, pensaba.
“Kuylen es un trabajador nato”, confirmó el seleccionador de Belice, el brasileño Jorge Nunez. “Pelea y presiona hasta que no le queda nada dentro”. También es el especialista de la selección en lanzamientos de falta. Tras los entrenamientos, se queda en el campo y busca los ángulos con sus mejores envíos de rosca.
“Los practico constantemente”, confirmó Kuylen, que nació en Orange Walk Town, el núcleo azucarero de Belice. “Lanzo todas las faltas en mi club y también en la selección. Mis entrenadores se aseguran de que disponga de tiempo para lanzar al menos 30 o 40 tras el entrenamiento, para que esté preparado cuando llegue el momento”.
El momento llegó. Pero la presión era insufrible. Belice perdía por 1-0 desde los 5 minutos y estaba al borde de la eliminación. Acumulaba 110 minutos de fútbol sin gol.
Kuylen puso el balón en la parte derecha de la frontal, a unos 20 metros de la portería. Respiró profundo, recordando sus sesiones al atardecer tras el entrenamiento en Belmopán, y cómo los balones con efecto entraban al fondo de las mallas, uno tras otro. Intentó evadirse del ruido del público caimanés.
“Cuando el balón entró, pude respirar de nuevo”, comentó sobre su disparo de rosca que superó la barrera por alto y se coló junto a la cepa del poste. Era sólo su segundo tanto con la selección, y clasificó a Belice para la siguiente ronda por el mayor valor de los goles en campo contrario. “Sentí que me invadía una oleada de alivio”.
El momento de Belice
Belice es una selección modesta comparada con sus vecinas centroamericanas… Costa Rica, Honduras e incluso Panamá. Sin embargo, su fútbol avanza paso a paso escalando por la jerarquía de la CONCACAF tanto a nivel de clubes como de selecciones.
El país antiguamente denominado Honduras Británica ha ido mejorando su juego desde que empezó a competir internacionalmente a mediados de los 90. De desempeñar un papel marginal en Centroamérica, ha pasado a ser un contendiente humilde pero al que no conviene tomarse a la ligera. Su presencia en la Copa Oro de la CONCACAF 2013 es una muestra de esa progresión.
“Ahora mismo nos motiva la idea de hacer historia”, explicó Kuylen, integrante de una generación dorada que también incluye al guardameta Shane Orio y, como no, al goleador McCaulay. “La historia dura eternamente, ya se sabe, y queremos escribirla. Queremos abrir puertas a los jóvenes que vienen por detrás en Belice. Ahora es nuestro momento”, añadió con tono serio, recordando la época en que su país era una perita en dulce, fácil de ganar.
El próximo reto de Belice será la República Dominicana, otra selección que cotiza al alza en la parte baja de la pirámide de la CONCACAF. Eso sí, volverá McCaulay; un alivio para todo el equipo. Pero aunque él sea la esperanza goleadora beliceña, Kuylen seguirá practicando sus lanzamientos de falta al caer la tarde en Belmopán. Por si acaso…
Fuente y foto: fifa.com