Un resultado con sabor amargo para los costeños que no pudieron en su estadio poner la balanza a su favor en este cruce de final, mientras que la igualdad es positiva para los capitalinos que este fin de semana jugarán en su estadio y con el aliento de su gente en buscan de la copa número 13 en su historia.
El gran héroe del juego fue el portero Marlon Licona, quien fue un verdadero “ángel” en el marco del equipo azul, el joven guardameta demostró por qué tiene en la banca al argentino Sebastián Portigliatti.
Las acciones se realizaron en un ambiente de fiesta, el estadio Francisco Martínez Durón, quedó chico para albergar a los lugareños que desde tempranas horas abarrotaron la instalación deportiva y la pintaron de rojo y blanco.
Real Sociedad fue dueño de las acciones, llegó en un sin número de ocasiones al marco defendido por el portero Licona, quien se fajó y fue bastión importante para que los azules no recibieran gol.
A los dos minutos Elkin González dentro del área fusiló y Henry Figueroa, atento desvió el balón.
Los de casa sufrieron una gran baja que modificó el esquema del técnico colombiano Horacio Londoño, al salir lesionado el delantero Rony Martínez, en su lugar ingresó Henry Martínez, quien no lo hizo mal, pero le faltó mayor puntería.
En su primera intervención con el balón Martínez con remate de cabeza estuvo cerca de anotar, de no ser por la buena acción de Licona que de puños desvió la pelota.
A la media hora de juego Elkin González de tiro libre estuvo cerca de anotar, Licona en dos tiempos se quedó con el balón.
Instantes después el mismo Licona volvió a demostrar su buen momento futbolístico al tapar un disparo de larga distancia de Osman Melgares.
Motagua llegó por primera vez al marco contrario al minuto 46, Rubilio Castillo aprovechó una mala salida de la zona baja de Tocoa y disparó al arco, su remate fue contenido sin problemas por Sandro Cárcamo.
En la segunda etapa la mística del juego fue la misma, con Real Sociedad perfilado al ataque y un Motagua jugando con cautela, esperando al rival y buscando con pelotazos largos a sus atacantes.
Nuevamente el meta Licona se convirtió en el héroe de su equipo, fajándose bajo los tres palos y desviando los remates de los artilleros del Bajó Aguán.
En tres minutos Licona salvó dos goles que la afición cantó a todo pulmón en jugadas similares, remates de cabeza de Martínez, que de puños el portero desvió.
Al final el descontento en los locales se vio reflejado en el rostro de los cientos de aficionados que llegaron al estadio. Por su parte lo pocos seguidores del conjunto azul festejaron como un triunfo la paridad, a sabiendas que tiene todo a favor para festejar en el duelo definitivo.
Fuente y foto: diariomas.hn