Una derrota pensada con un marcador impensado. Eso fue el partido amistoso entre El Salvador y España ayer en la cancha del FedEx Field. Un partido en que la Azul mejoró su aparataje defensivo aunque no tuvo fruto en el marcador. Sin embargo, cayó con una cara de coraje y lucha que hacía tiempos no se le veía pero que bastó para considerar que el regreso a las canchas puede ser bueno si la mentalidad y el trabajo es coherente.
El Salvador resistió los primeros 45 minutos amparado en la mejoría mostrada de su aparato defensivo. Ayer no hubo tres mediocentros adelante de la línea de cuatro, sino solo dos. Y sin embargo, el repliegue fue mejor.
Fue así como pese a ser amos y señores de la pelota, los españoles no encontraron el camino a la red. Le sobraron opciones pero le faltaron respuestas. Enfrentado a un rival encerrado pero bien parado atrás, los ibéricos quedaron a buscar la espalda o una desatención pero la misma no llegó en la primera mitad.
Ayudó que el inicio del juego no arruinara el resto del espectáculo con la vista del árbitro Baldomero Toledo. Apenas en el segundo minuto de juego, Henry Hernández achicó bien un intento de Diego Costa al ganarle la espalda a su marcador. Sin embargo, el central interpretó una falta y encaminó al manchón de penalti. Pese a ello, Cesc Fábregas tiró alto el balón.
A partir de entonces, se agrandó la posesión del balón española pero se creció la presión que le ponía El Salvador a su rival. Como se esperaba, los pupilos de Vicente del Bosque llevaban la pelota de un lado a otro a la espera de una grieta pero los cuscatlecos estaban mentalizados en sus posiciones y no perdían su ubicación y mordían en lugares no comprometidos.
Lógicamente, aún así los españoles tuvieron sus chances, porque tanto va el balón a un lado que algo debe suceder. Al minuto 5 en otra escapada de Costa que Henry volvió a achicar, y al '9 en una entrega que Mendoza perdió ante el mismo jugador del Atlético de Madrid, quien sirvió a Cesc, que no pudo rematar cómodo con la marca de Barrios.
Desde entonces fue más complicado para España generar peligro. Tenía superioridad de jugadores en todos los sectores de la cancha pero sus jugadas no superaban las pegadas líneas salvadoreñas, que recuperaban pero tenían dificultad para salir jugando. A veces un pelotazo en que Rafael Burgos era presa fácil ante el físico de Javi Martínez o alguna jugada entre los mediocampistas a la que le faltaba velocidad y era cortada o en la que fallaba el pase que permitiera cruzar la línea del medio.
España dominaba. Y seguía golpeando. Ramos cobró alto un tiro libre, Iniesta remató desde izquierda también desviado y Costa seguía buscando sin encontrar la espalda de Barríos. Asfixiado pasó España al juego largo que tampoco daba resultado, por cuanto Barrios y Mendoza tenían tiempo de medir y devolver, además de un rechazo acrobático de Larín a una carrera de Pedro.
Así finalizó el primer tiempo con un doble cero que sin ser esperado era justificado: El Salvador defendía mejor que contra Costa de Marfil y encontraba en el haber salido inmaculado en el marcador el premio a su aplicación.
Arrancó el segundo tiempo y España mandó la otra cara de su artillería. Villa, Silva y Cazorla ocuparon los puestos de Fábregas, Pedro e Iniesta en búsqueda de un juego más directo con los jugadores del Manchester City y Arsenal sobre la cancha y fue lo que sucedió cuando Silva conectó con el “Guaje” sobre el '53. Villa había ganado la espalda de la defensa y cuando recibió, remató y tapó Henry su disparo.
De hecho, el portero de Isidro Metapán tuvo sus 15 minutos de fama en el arranque del segundo tiempo, con esa intervención y otro recorte en un centro a su área. Sin embargo, Henry también tuvo un despiste cuando el reloj bordó la hora: intentó cortar un centro en el segundo palo de la izquierda y le ganaron en el salto. El balón quedó en el centro, donde Costa preparó el gatillo y Villa se le adelantó. Gol. 1-0.
Acto seguido, dos minutos después, nuevamente Villa metió un riflazo. Empero, Hernández estaba bien parado y repelió de puños. Y nuevamente, al '66, Henry tapó un cabezazo a quemarropa de Costa que luego no pudo embocar Villa.
España seguía dominando, pero con los cambios dio más sensación de peligro que en la primera parte. Silva era más frontal que Iniesta y mostraba mejor visión para abrir el juego. Además, Villa tenía más movilidad que Fábregas y jalaba marcas allá donde se paraba.
Asimismo, Roca probó a seguir reforzando su escudo. Dándole validez a sus palabras en la previa del partido, de que habría que defender la mayor parte del partido y que en otro tipo de choques en que estén obligados a buscar el resultado probarán hacia adelante; el español remodeló su defensa también con los ingresos de Raúl Renderos, para volver al triple pívot al centro, y la de Milton Molina para parar tres centrales en la zona baja.
Así, aún con más piernas detrás, El Salvador acabó por blindarse y que ya no hubiera un daño mayor. Un rasguño más cuando Villa volvió a sacudir la red en una jugada en que aguantó un balón y cayéndose definió por bajo para poner el marcador final. Sufrió una derrota que era pensada pero con un marcador impensado. Regresará la selección de El Salvador al país con dos derrotas pero muchos menos goles de los que muchos auguraban. Cayó 1-2 ante la mejor selección africana y 2-0 ante el campeón del mundo pero dejó alguna constancia que cuando no se venden los partidos los resultados pueden ser decentes, que cuando se trabaja a conciencia y con esfuerzo también se puede.