No se debió silbar al equipo a pesar del resultado estrecho, pero sucedió y ojalá que no se vuelva a repetir en el estadio Nacional de Tegucigalpa. No se debía jugar de esa forma en el arranque de la Copa de Naciones Digicel de UNCAF, pero igual el resultado fue bueno y dimos un pasito.
No se pudo mostrar un rendimiento convincente y quizá es para preocuparse, pero lo cierto es que en el primer ensayo de laboratorio, algo quedó claro, no todas las fórmulas abren los caminos al éxito. 2-1 ante Belice, con unas cuantas jugadas claras falladas, un penal desperdiciado y el capitán con cartulina roja, fue el saldo de una escuadra de Honduras que regresó a Tegucigalpa con muchas expectativas y quedó en deuda.
Aunque se debe aclarar, Belice no fue del todo fácil, en las jugadas claras se debe reconocer la labor del rival. De entrada, el choque no fue un derroche de táctica o de espectáculo. La prueba es que el juego sólo pasó de frío a tibio cuando Amado revivió el gol forzado que le había hecho a Costa Rica en una eliminatoria y luego cuando Pavón sacudió los guantes de West.
Después sería un rebote de Emil Martínez que pescó el Peri y que se fue entre muchas piernas, lo que le dio cierto calorcito a un partido helado, gélido, casi metido en una nevera. Para que el encuentro entrara en una especie de cuerda tensada, Amado perdió un penal a los 25 minutos y tuvo que esperar cinco minutos más para cobrar otra falta desde los 11 metros que sí fue la vencida.
El resto, un lujito de Dani, una pelota que Flower casi mete en su marco... hasta que murió el tiempo de vida de un período de inicio casi enfermizo. Es casi seguro que Rueda recriminó algo a los suyos y el DT beliceño animó a su grupo porque en el reinicio hubo un pequeñito cambio de actitud.
Mas no se puede decir que fue la gran cosa si se recuerda que Peri elevó y no se había presentado algo tan claro como ese casi gol, fallado inexplicablemente bajo el marco. Luego, Carlos Pavón, que se debe reconocer pasa un buen momento, controló y puso una pelota como con la mano para que el Peri llegara puntual al cierre. Así el juego cayó en un bache. Primero porque la maquinaria hondureña perdió fuerza, poder y se atragantó con los cambios.
Y después porque Belice vendió carísima la derrota. Inocente y simple, se puede reconocer su esfuerzo y decisión de no dejarse mancillar por el cuadro de casa. Casi al final, Belice se encontró con una y la materializó. Liscey Castillo aprovechó pelota en el borde del área y remachó en un defensor para poner el 2-1.
Posteriormente, Dani Turcios sacó una bala dirigida a la escuadra y hasta allí llegó Woodrow para robarle el protagonismo. Para colmo, el capitán se ganó injustamente una amarilla en el ocaso y tendrá que ver el choque ante Nicaragua, desde las gradas.
Antes del amargo final, el Hijo del Viento Chávez, puso un zurdazo en el poste más largo... después la Bicolor se perdió entre la recriminatoria e inoportuna silbatina de su público, camino a los vestuarios.
Si bien el equipo de todos no jugó bien y de paso quiere un ambiente en el que se toque cada tema con petalos de rosas, se reprueba desde todo punto de vista el hecho de silbar a una escuadra que presentó muchas variantes y enfrente tuvo a un rival respondón.
HONDURAS
Noel Valladares, Bonieck García, Mario Beata, Erick Norales, Iván Guerrero, Mario Rodríguez, A. Guevara, Dani Turcios, Emil Martínez, Walter Martínez, Carlos Pavón
DT. R. Rueda
BELICE
Woodrow West, R. Simpson, S. Flower, Ian Gaynor, Jeremy James, H. Róchez, Bernardo Linares, Víctor Morales, Léster Serrano, Elroy Smith, Elroy Kuylen
DT. Renán Coach
Fuente y foto: diez.com